Un país exótico y desconocido.
Sobre todo éso, desconocido. Su peculiar sistema político y las dificultades
con el idioma hicieron que los preparativos no diesen mucho juego. Por eso contratamos
un viaje semiorganizado, con viajes Tuareg. Una combinación de traslados/hoteles
organizados y días libres que nos diesen algo de espacio para movernos por
nuestra cuenta en momentos concretos.
Tengo que decir que he vuelto
con el corazón partido en sentimientos. Entre la alegría de su gente a pesar de
ser inmensamente pobres (que no hambre) en un país inmensamente rico. Entre la
precariedad laboral muchas veces por motivos religiosos. Entre el servilismo
exagerado con los turistas y el clasismo jerárquico entre ellos. Entre la vida
monacal (lo más parecido a períodos vacacionales) y su revuelta azafrán apenas
un mes después de nuestra vuelta.
En Myanmar el tiempo estaba
parado y estoy segura que nadie volverá a verla como la vimos nosotras. Por
poco que se haya abierto ya será un cambio radical.
El plan de viaje era:
- 17 junio: vuelo casa- Madrid- Doha- Yangon
- 19 junio: Yangon- Mandalay
- 20-21 junio: Mandalay-
Amapura- Ava
- 22 junio: Mandalay- Bagan
- 23-24 junio: Bagan
- 25 junio: Bagan- Monte Popa- Kalaw
- 26 junio: Kalaw- Pindaya
- 27 Junio: Trekking a Yatzakyi
- 28 junio: Yatzakyi- Pindaya- Inle
- 29-30 Junio: Lago Inle
- 1 Julio: regreso a Yangon
- 2-3 julio: yangon – Doha- Madrid – casa
Como ya dije, los vuelos,
hoteles y traslados entre ciudades estaban organizados por Viajes Tuareg. Éstos
gastos ascendieron a 1.890€. Además es necesario presentar un visado que nos
tramitó la agencia por 25$ (dólares americanos). Los demás gastos de comidas,
entradas, propinas, etc correrían por nuestra cuenta.
La divisa que más se usa es el
dólar americano, aunque el euro también les gusta. No había bancos, por lo que
no necesitábamos las tarjetas de crédito. Tuvimos que llevar todo el dinero en
efectivo desde España. Además, todos los billetes deben estar perfectamente
nuevos, ni dobladuras ni manchas porque no los aceptarán. Deben ser inmaculados
como recién salidos de la fábrica de la moneda. Insisto en este detalle porque
nos resultó un problema a lo largo de nuestro viaje. Teníamos dinero que no nos
valía.
17 Junio
El vuelo de Iberia hacia Madrid
sale a las 6:45 a.m. Llegamos en hora a Barajas y después del cambio de
terminal cogemos el avión de Air Qatar hacia Doha a las 11:25 a.m. Debo decir
que nunca jamás en mi vida he volado en un avión tan bueno. La clase turista
parecía de primera: asientos de cuero, espacio suficiente para las piernas, la
comida, las pantallas individuales … lo recuerdo con nostalgia, jaja. Ese vuelo
duró unas 9h aprox. Teníamos un tránsito de 2horas en Doha y cogimos el
siguiente avión (un avión normal) a las 21h con destino Yangon. Este segundo
vuelo duró unas 9 horas.
18 y 19 Junio
Yangon
Cansadísimas llegamos a Yangon y
allí en el aeropuerto nos espera Ao, nuestro guía local que habla español (el
único de todo el recorrido). El primer trámite que hacemos es pagar 20$
inmaculados cada una para poder entrar en el país. No contábamos con esta tasa…
Nos trasladan en monovolumen
hasta nuestro hotel en la capital, el Hotel Panorama (294- 300 Pasodan st). Ya
tenemos nuestra primera impresión de Yangon, la maquinaria es escasa y la
mayoría de las cosas se hace a mano (repito, a mano). Por ejemplo, rellenaban
los baches de las pocas carreteras asfaltadas a mano, colocando ordenadas las
piedras del asfalto caliente y dándole con mazos para asentarlo (lo que
aquí se hace con apisonadoras).
El hotel huele a humedad. De
hecho hace tanto calor húmedo que siempre estás sudando, incluso bajo la ducha.
Pero Yangon nos espera y no hay tiempo que perder, así que Ao nos lleva por la
ciudad.
* Templo de Chauk Htat kyi, es como un cobertizo- pabellón y
dentro tiene un buda inmenso recostado de 60 metros de largo.
* Kandawgyi: vamos al parque y al
lago donde han construido una réplica de un barco real imperial recientemente para poner un restaurante.
* Shwedagon. Este complejo religioso además
de ser impresionante, está bien cuidado. Dicen que acumula 53 Tm de oro sobre
su estupa. La entrada cuesta 5$. Hay que acceder al recinto siempre descalzos y
se anda alrededor de la estupa (en el sentido de las agujas del reloj), ya que
no está permitido entrar al interior donde están las reliquias. Ahí podemos
tocar la campana para pedir deseos, y
hacerle ofrendas a tu signo según el día de nacimiento (el mío es el elefante
con la trompa levantada) en forma de flores y arrojando agua sobre él. Es una cultura
muy mística donde piden muchos deseos y hacen ofrendas. Además apenas hay
turistas, sólo encontramos otro grupo de 3 personas en ese recinto además de
nosotras. El complejo tiene más de 30 lugares de interés dentro del recinto,
entre templos, estatuas, estupas, salas o terrazas.
* Callejear: El resto de la capital tiene algunos edificios coloniales con parques y árboles. Fue colonia británica y la
forma básica de la ciudad la conserva de esa época, aunque todo está bastante
deteriorado. Contrasta con el resto de casas en el país, que son pequeñas cabañas de madera o materiales trenzados. Los mercados callejeros son muy interesantes aunque ojo con lo que
coméis, la diarrea está casi asegurada por muchas medidas de precaución que se
tomen, sólo que será menos grave.
* Stran hotel y otros edificios coloniales. Un
gran hotel colonial al que nos dejaron acceder porque éramos extranjeras…
Personalmente esas cosas no me gustan así que no estuvimos demasiado tiempo
dentro. Destacar también por su
arquitectura el edificio del Ayuntamiento o el del Tribunal Supremo.
* Pagoda Sule: Está en el centro de la
ciudad, y aunque parece nueva porque continuamente la están restaurando
(pintando, cubriendo de pan de oro) tiene más de 2000 años.
* Museo gemológico, nuestro
guía no sabía de su existencia y nos cobraron 5$ por entrar. No está bien
distribuido ni iluminado pero las piezas son impresionantes. Myanmar tiene
piedras únicas en el mundo de gran valor: los rubís, zafiros y espinelas
estrella, los crisoberilos… y antes de llegar al museo que está en la última
planta de un edificio acorazado pasas por otros pisos llenos de tiendecitas
donde lo que venden está autentificado (cosa que puede no pasar en los
mercadillos o espontáneos a lo largo del país).
* Bogyoke Aung San market: como su
nombre indica, el lugar por excelencia donde hacer compras. Desde ropa a joyas
a productos tradicionales, en este lugar encontraréis cosas muy interesantes.
Se puede regatear, aunque no suelen bajar más de un 20%.
Lo que me gustaría destacar de
esta gente es su gran amabilidad y ganas de hacerse entender, por lo que aunque
no hablemos nada parecido o no entendamos su alfabeto nunca hemos tenido dificultades en entendernos en
todo el país. Siempre están sonriendo.
Mandalay y
alrededores
Por la tarde del 19 de junio cogemos un vuelo
doméstico desde el aeropuerto nacional de Yangon hacia Mandalay (interesante la gran diferencia de la terminal nacional a
la internacional), la compañía con la que volamos es Air Mandalay.
Una vez en Mandalay nos
trasladan al hotel Silver Star hotel (Corner 27th St & 83th) y ahí hicimos
nuestro primer cambio de moneda a kyat (dividido
en 100 pyas) su moneda oficial. Coincidimos con otras españolas con las que nos
vamos a cenar en una… en un lugar cerca
del hotel. Las cartas para los turistas
están en inglés aunque por lo general la gente no lo habla. Fue una constante durante el viaje: comer noodles, arroz, ensaladas frescas y verduras en diferentes curries. Los sitios no suelen ser acogedores, pero todo estaba buenísimo. Normalmente te ponen arroz y
curries, que no son más que diferentes salsas que le añades al arroz: picantes,
menos picantes con carne o verduritas y muchas veces de cuencos que vienen de
la mesa de al lado… ¿cómo va a soportar éso nuestros “delicados” estómagos?
20 de Junio
Hoy es día de visitas guiadas.
Nuestra guía (no me acuerdo de su nombre) sólo habla en inglés. Ella nos lleva en
diferentes medios de transporte: en camioneta, en lancha, en carreta de
caballos, a pie… muy variado y muy autóctono. Pagamos una entrada conjunta de
10$ para el palacio y ciudad amurallada (Amarapura, Innwa, Pinya, Palaik). Cada
sitio que cubre la entrada, le ponían un sello por la parte posterior.
* Pagoda Maha Muni:
multitud de gente reza a su estatua de 4m de alto (es de las que tiene más
devotos), deformada por la cantidad de oro que van depositando como ofrendas.
Hay una sala con unas grandes y antiguas figuras de bronce que le achacan
propiedades curativas, por eso están decoloradas de tanto tocarlas.
* Pagoda Kyauktawgyi pagoda: con un
gran buda hecho de un bloque de mármol.
* Monasterio Shweinbin, de
madera y soportando el paso del tiempo
* Cantería y fábrica de pan de oro, tiendas
para turista: nos llevan a talleres populares donde hacen todo el trabajo
a mano… cuánto trabajo se podían ahorrar con simples artilugios cono poleas o
prensas que no tienen por qué ser automáticas… también nos llevó a una tienda
de marionetas y ahí hice la gran compra- sablazo, de mi marioneta de 100€ y
20$. El ver como negociamos el precio y el cuidado con que la empaquetaron es
uno de los mejores recuerdos que guardo de Mandalay… pero el peso que tuve que
cargar el resto del viaje también ha sido digno de recordar.
Amarapura
* Monasterio de Mahagandayron. Ahí
tenemos nuestras primeras impresiones de la vida monacal. Según parece, hay
monjes que son monjes siempre y hay monjes por temporadas; para éstos ir a un
monasterio es como ir de vacaciones. Suelen ir al menos una vez en la vida (los
hombres sobre todo) aunque los más afortunados van todos los años unas semanas.
La gente les da comida, por eso van con unos recipientes a modo de fiambrera
recorriendo los caminos. A la hora de la comida se ponen en fila y reparten la
comida que se ha hecho para ellos y la que han recogido. Si sobra algo, le dan
a la gente más pobre que esperan a las puertas del comedor….
* Puente de U Bein: es un puente de madera
de teka, dicen que el más largo del mundo. Nos acompañan todo el paseo como es
costumbre mujeres o niñas que quieren vender artesanía. Se repitió durante todo
el viaje, gente que te rodea y te sigue un buen rato para que compres algo.
Ava
*Ava, antigua capital. Cada vez
que cambiaban de rey habíamuchas posibilidades que cambiara de lugar la
capital. Es una isla entre los ríos Ayerya waddy y Myitge, así que llegamos
hasta allí en una lancha a motor y desde el muelle nos llevan en una
carreta-taxi de caballos al Monasterio de Bargayar y al monasterio de Okkyaung. Hay
monasterios hechos en madera de teka, con tallas impresionantes y en mal estado
de conservación. Uno de los que visitamos lo usan como una escuela- guardería.
Poco importa si atienden o no, son tan buenos y obedientes que los niños solo
sonríen cuando ven que tres desconocidos entran por la puerta… está claro que
aquí la atracción somos nosotras. Hay otros monasterios hechos de
piedra y cubiertos de adobe. En general el estado de conservación es malo, pero
sólo por el paso del tiempo, no porque lo hayan maltratado.
* Antiguo palacio real del que
sólo se conserva una torre: la torre de Inwa. Es de madera y está medio inclinada. Yo no me
atrevo a subir y me quedo haciendo fotos. Los aldeanos empiezan a interesarse
por el turismo, y vienen a junto nuestra a ofrecernos artesanía de jade
(nefrita) y piezas “antiguas” que encontraron excavando o incluso rubís… ni que
decir tiene, que son imitaciones, no piezas arqueológicas y respecto a las
piedras lo más seguro es que sean espinelas o cualquier otra piedra de poca
calidad (ahora incluso vidrios) y no rubís.
21 de Junio
Mingún
Hoy tenemos día libre y vamos a
ir a Mingún. Se va en barco (queda a 11 km arriba por el río Ayeyar Waddy) y
para llegar hasta el muelle cogemos un triciclo taxi-bici. Me dio cosa que un
chico más delgado que yo, nos llevase a 2 personas en una bicicleta, pero viendo
cómo pedaleaba me quedó claro que no éramos de la gente más pesada que ha
transportado. De hecho, nos estaba esperando en el muelle cuando volvimos a la
tarde.
En Mingún hay 2 cosas que ver,
la entrada para ambas es de 3$:
* Pagoda colosal inacabada: los
aires de grandeza de un rey cruel al que no le llegó una vida para poder verla
terminada. Hay que subir descalzo, y con el sol y el ladrillo yo no fui capaz
de llegar hasta la zona más alta, tenía los pies abrasados.
* Templo de Tilawkagura: El
templo es blanco inmaculado rodeada de escaleras en forma de ondas. Lo que más
nos llama la atención es el silencio que hay en los sitios y los pocos turistas
como nosotros merodeando por ahí. Hay que entrar siempre descalzo en las zonas
sagradas. Hay una campana que pone que es la más grande del mundo… no sé si es
la más grande pero desde luego es la más grande que yo he visto.
Por la tarde volvemos a
Mandalay. Fue la última capital antes de la retirada de los ingleses.
* La ciudad- palacio, que
contiene en la actualidad una réplica del palacio real (en metal) que fue
destruido en la 2ª guerra mundial. De todo el palacio original de madera sólo
se conserva una construcción: Shwe Nan Daw Kyaung: se salvó de los bombardeos
porque se trasladó años antes extramuros para que viviera el hijo del rey. Hay que decir que el encanto, las tallas y el
trabajo de esa casa la hacen simplemente impresionante. Actualmente está siendo
usado como monasterio (Shewenandaw) y como el resto de monumentos del país está
descuidado por el paso del tiempo.
*Pagoda Kuthodaw: a 300m
del Mandalay Hill, es considerado como el “libro más grande del mundo” ya que
las escrituras budistas están en losas de piedra protegidos cada uno por
pequeños santuarios.
* Después vamos hasta Mandalay Hill, Nos queda claro que cada montaña natural ponen
un templo, al que se llega por una caminata media de 400 escalones. Subimos
cientos de escalones para llegar al mirador, desde los 2 leones que guardan la
escalera sur. Hay que subir descalzos y a los lados de las escaleras hay
multitud de puestos de artesanía, pequeños templos y mucha gente… Cuando por
fin llegamos arriba vemos la puesta de sol sobre Mandalay, pero nos cobraban
por sacar fotos desde la terraza y como no llevamos cartera tomamos las fotos
desde la parada anterior. Agotadas entre el calor y las grandes caminatas
llegamos al hotel donde dormimos como lirones.
22 de Junio
Como fue después una costumbre,
no sabíamos quién o cómo seguiríamos el viaje hasta el último momento. Para
nuestro gusto nos sentimos abandonadas por la agencia en cuanto a información.
El día de llegada nos dejaban en el hotel y según el planing esperábamos que
alguien nos recogiese el día esperado… ése día igual, estuvimos esperando en el
hall del hotel hasta que un conductor con una semifurgoneta que no hablaba ni
inglés ni por supuesto español nos llevó hasta Bagan por carretera, cuando
esperábamos el viaje en ferry. Un trayecto de 7 horas dando tumbos por
carreteras medio asfaltadas o de tierra batida. Pudimos ver como es la vida
cotidiana de los birmanos, como cuidan sus campos y como son sus casas
tradicionales…
Llegamos a Bagan y nos alojamos
en el hotel Thante Nyaung U. Un hotel que tenía incluso piscina, que había que
compartir con los mosquitos gigantes de la ciudad… No pasamos demasiado tiempo
en él, pero fue uno de los más correctos en los que nos alojamos.
23 y 24 de Junio
Bagan
Bagan es simplemente
maravillosa. Es lo que más me gustó de Myanmar. La mejor forma de recorrer sus
40 km cuadrados es en bicicleta. Las alquilamos en el hotel por los días que
nos alojaríamos aquí. Las bicis son antiguas, por supuesto sin amortiguación y
de una talla diferente a la tuya, pero cumplieron perfectamente su función. Nos
costaron 1000k cada una por cada día.
Pagamos una entrada/ derechos de
entrada de 10$ una sola vez. Se puede pagar en el hotel donde os alojáis o a
veces en el aeropuerto. Es bueno llevarla encima por si os la piden en cualquier
momento.
Bagan fue también capital del
país y actualmente son cientos de pagodas y templos, pequeños y grandes que se
fueron construyendo a lo largo de los siglos en una gran explanada. Parece un
sitio silencioso y abandonado, como místico pero en cuanto te paras en una
pagoda que crees sin nadie aparece de la nada una familia que vive en ella y te
pide dinero o un presente para poder entrar. Por supuesto no se puede entrar en
todas, hay demasiadas y las hay que no llaman la atención al lado de sus vecinas,
así que estos 2 días los dedicamos a ir con calma por los caminos y a visitar
las más famosas o las que prefieras. Sólo tienes que mirar al horizonte, elegir
una y dirigirte a ella.
De todos modos, los más
aconsejados e indispensables son la pagoda de Shwezigon, la de Myazedi, los
templos de Ananda, el de Htilominlo, el de Gubyaukgyi, el de Manuha y el
monasterio de Nathtaukkyaung. También es importante ir a ver la puesta de sol
al templo de Mingalarzadi o en la Sunshet: en esta pagoda nos juntamos todos
los turistas que había ese día en la ciudad y no llegábamos a los 30… todo un
lujo. Las diferenciaréis por la cantidad de gente vendiendo souvenirs que habrá
a su alrededor.
25 y 26 de Junio
Kalaw y
Pindaya
Una vez más esperamos tener
noticias del tour operador en el hall del hotel. Llegó otro conductor en una
monovolumen (que por supuesto no habla ningún idioma conocido) y nos llevó todo
el día por carreteras de tierra batida con mil baches. El trayecto fue una
tortura, sobre todo por los tumbos y el
mareo a pesar del cuidado que intentó poner el conductor.
* Monte Popa: nada más bajar del coche
un par de monos nos robaron literalmente la bolsa de la comida. Esta montaña
sagrada (también la llaman la morada de los espíritus) tiene 777 escalones
hasta arriba. Unas bonitas vistas en un ascenso “peligroso” por los monos que
te miran y atacan para conseguir algo (incluso nos sacaron una chancleta).
Antaño fue lugar de coronación de reyes y en la actualidad es un importante
lugar de culto de los “Nats”.
* Kalaw: está situada en la zona de las
montañas, al norte del país. Aquí la temperatura empieza a ser razonablemente
llevadera, pero también llueve con frecuencia; aquí empieza la Birmania actual,
la que vive al día y no es turística. Nos alojamos en el Dream Villa por una noche. Por la mañana visitamos el mercado.
Gente de muchas zonas con sus trajes típicos hacían las compras. Compramos
artesanías y alguna antigüedad, y nos animamos con algo de comida… el mal ya
estaba hecho, así que sólo continuaríamos con el problema si nos sentara mal. A
pesar de la lluvia nos quedamos con momentos/fotos interesantes.
* Pindaya: más conducción difícil para
llegar hasta aquí. Aquí se pueden ver las cuevas naturales en la montaña, que
han llenado de altares y de budas. A los turistas les cobran 3$ por entrar y
tengo que decir que para mí, en este sitio no merece la pena pagarlos. Nos
alojamos en el hotel Conqueror (Singaung Ward) por una noche.
27 y 28 de Junio
Yatzakyi Trek
en Pindaya
Bueno, ésta iba a ser la parte
divertida del viaje, con un trekking por las montañas y pernoctación en un
monasterio de Yatzakyi; yo estaba malísima de la diarrea de viajero por lo que
el paseo para mí fue una tortura. Nos acompañaron 3 personas (que no hablaban
ningún idioma conocido) y me esperaban cada vez que me quedaba atrás, pero
reconozco que no guardo un buen recuerdo de 2 esos días. Tardamos unas 7 horas
llegar al monasterio, previa parada en varios poblados en la montaña (que vida
más dura llevan alguna gente en el mundo) y en una casa donde comimos y mi
cocacola costo 4$... ya que no estaba incluida en el precio del trekking (y les
pareció mal que no les dejáramos propina). El monasterio… a ver: nos recibió el
monje jefe y nos ofreció te. Estuve lenta y fui la última en escoger un vaso,
que no había visto jabón en el último año. El borde del vaso estaba lleno de
pegotes de paan (hoja típica que mastican de color rojo). Hay que beberse el té
por educación, así que tuve que girar el vaso hasta encontrar el sitio con
menos pegotes y beber de un golpe el te hirviendo… si eso no acaba conmigo,
acabaría con la diarrea seguro.
La noche no la pasamos en el
monasterio sino en el recinto del monasterio. Hicieron como una casa contigua y
allí dormimos. Tengo que reconocer que me costó escoger colchón para dormir, me envolví en mi sábana (traída desde España)
y casi consigo no tocar nada del colchón ni edredón por la noche. Aún así me
levanté con unas 50 picaduras de algo. El baño eran letrinas sin luz y un pilón lleno
de agua así que no me avergüenza decir que sólo me lavé la cara esa mañana.
El camino de vuelta a Pindaya
nos llevó unas 3 horas, y un buen trozo del camino estuvimos acompañados de un
grupo de niños y niñas que iban a la escuela (y nosotras éramos la atracción).
Nos estaba esperando una monovolumen para llevarnos hasta el lago Inle.
29 y 30 de Junio
Lago Inle
Nos alojamos en el Amazing Nyaung Shew Hotel (Yone Gyi St). El hotel estaba nuevo y las
habitaciones bien limpias y con televisión por satélite.
Pagamos una entrada de 3$ por
estar en la zona del lago los 2 días
El lago Inle es la gran huerta
de Myanmar. Han conseguido hacer islas a partir de unas algas que crecen en el
lago, sobre ellas han echado tierra y así pueden cultivar muchas hortalizas que
abastecen a gran parte del país. Además,
es característica la forma única de remar con la ayuda de los pies.
A partir de las islas flotantes
han ido creciendo las poblaciones, haciendo casas, monasterios, colegios y
hoteles dentro del lago (aunque éstos están pivotantes sobre madera), una herrería, fábricas de jade, fábricas de cigarrillos o casas de mujeres jirafa,
a las que os llevarán para que compréis y activéis la economía local. Ni que
decir tiene que el sitio huele fuerte, a agua estancada y no depurada y hay
bastantes mosquitos y demás fauna birmana.
Para visitar la zona se puede ir
en barco desde Yaunghe (para llegar a
algunos sitios es imprescindible), también alquilamos bicicletas para recorrer
los poblados que están a orillas del lago y por supuesto a pie para recorrer
los mercados locales o zonas cercanas.
La semana que estuvimos en el
Lago Inle, coincidió con la época de exámenes de los monjes, por lo que estaba
completamente lleno túnicas rojas que venían de todo el país.
Al lado del hotel había un
cibercafé donde por despiste me dejé mi “pocket rojo” el maldito. Gracias que
no me di cuenta hasta que pasé por delante al día siguiente y su muy
amabilisímo dueño me preguntó si no echaba algo de menos (si no me hubiese dado
un paro cardíaco)… Mi pasaporte, mis billetes de avión de vuelta a España y
todo mi dinero estaban allí dentro. Sin embajada en el país, cómo hubiese
salido de allí es un misterio. Desde entonces viajo siempre con la
documentación repartida, con copias en el correo electrónico para poder
imprimirlas desde cualquier ordenador, con dinero disperso por varios sitios
y también con el uso de una tobillera
(con un bolsillo donde me cabe el pasaporte y algo de dinero) y queda disimulado
por el pantalón. Desde luego recuperar todo intacto sólo podía pasar en
Myanmar, estoy segura que en cualquier otro país no me lo hubiesen devuelto.
Hay un templo, donde unos monjes
hacen saltar a unos esqueléticos gatos a cambio de un poco de comida. Ni que
decir tiene que nosotros no tuvimos elección y aparecimos allí, pero desde
luego no merece la pena y sólo lo hacen para hacer ingresos.
* Nyaungshwe: tiene un museo que no
visitamos y un templo Yadana Mann Aung
de madera y con ventanas ovaladas.
1 Julio
Nos recogen a media mañana para
llevarnos hasta Heho, en donde se encuentra la pista- aeropuerto para volver a
Yangon. La compañía que nos lleva es Yangon Airlines, un avión de doble hélice en un vuelo de 2 horas. Pero
nos dan un vaso de refresco y una magdalena gigante que estaba realmente buena.
Llegamos a Yangon ya casi de noche y no
pudimos hacer nada más que esperar en el hotel hasta el día siguiente nos
vinieran a buscar.
2 de julio
Nos recogen en el hotel para
llevarnos al aeropuerto internacional. Nuestro vuelo internacional sale a las
8:30 a.m. y haremos escala en Doha y en Madrid antes de llegar a nuestro
destino. El 3 de julio ya estamos de vuelta en casa.
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